19/7/11

Ocio dentro y fuera de Google


Ocioso tanto el que lo encuentra buscando direcciones como el que lo puso ahí.
Esta es sólo una de los muchas rutas que seguramente existen en Google Maps que contienen una sorpresita así. Con el tiempo encontraremos que existen muchas otras sugerencias igual o más ridículas que esta.

1/7/11

¿A dónde van las cosquillas sin rascar?

Estoy acostada en mi cama, son casi las dos de la mañana y no tengo ni una pizca de sueño. Nunca he entendido por qué cuando quiero dormirme temprano, todas las posiciones son incómodas, mis brazos no se acomodan, mi pijama es más incómoda que nunca, cualquier ruido me llama la atención.

Pero cuando quiero levantarme temprano es todo lo contrario, en cualquier posición me quedo profunda, mis brazos encuentran siempre el lugar perfecto que no me quiero ni mover, no siento ni la pijama puesta (ojo con esto) y ni el ruido del despertador me despega los ojos.

Batallando estaba yo con mi sueño cuando un cabellito me hizo cosquillas abajito del ojo. Ese lugarcito que es imposible no rascarse porque cualquier sensación puede crecer hasta dar la impresión de que tienes algo en el ojo y si no la quitas te vas a quedar ciego.

Estaba a punto de ganar la pelea contra el insomnio cuando esto pasó. Así que con la pesadez más grande me quite los cabellos de la cara y me los detuve contra la almohada. Era un plan perfecto hasta que las cosquillitas en mi cachete se hicieron notar. Lo pensé por… 3 segundos y mis opciones eran estas:

a. Me rasco > si me rasco suelto el pelo > si me rasco y suelto el pelo, el pelo me cae en la cara > si me rasco y suelto el pelo y el pelo me cae en la cara, me dan más cosquillas.
b. No me rasco > si no me rasco no suelto el pelo > si no me rasco y no suelto el pelo, el pelo no me cae en la cara > si no me rasco y no suelto el pelo y el pelo no me cae en la cara, no me dan cosquillas.

¡RESUELTO!

No me rasco.

No me rasco… no.

Mmm… no me rasco y las cosquillas no se van.

Lo que quería era dormirme he aquí estaba yo resistiéndome con todas mis fuerzas a rascarme la mejilla, cuando en realidad lo que esto me estaba provocando era una enrome ansiedad y más despabilación (Sí existe esa palabra, Word auto corrigió así que es válida).

Fue entonces cuando me di cuenta. ¿Qué pasa con las cosquillas que no son rascadas? Cuando no cumplen su cometido en esta vida, ¿a dónde van?

¿Se vuelven fantasmas como las personas que dejan asuntos inconclusos? ¿Y luego andan espantando gente a cosquillas fantasmas? ¿Qué cuando ya te vas a rascar, ya no hay comezón? ¡Oh… escalofríos! O tal vez una cosquilla sin rascar.

O tal vez nuestra piel las absorba y después de un tiempo sale del otro lado. O la desechamos cuando vamos al baño, o la expulsamos al estornudar. Ahora sabemos de donde provienen esos estornudos solitarios en tiempos de calor.

Tal vez se conviertan en lunares, pecas o pelos. Tal vez originan las canas y aquellos que siempre se rascan son jóvenes por siempre y los que no son más sabios, pero no por sus canas, sino por su fortaleza al no rascarse.

Como yo, que sigo aguantándome la comezón y no me rasco. He aprendido mucho hoy. Teorías por comprobar y cosquillas por rascar, ¿o no?.

Tengo que admitir que al final cedí y me rasqué. Fue lo mejor que pude haber hecho, me quité un peso de encima y ocasioné más cosquillas que alimentar.

No podemos evitar nuestra naturaleza. Hay que rascarse señores y señoras. Para eso se inventaron las cosquillas, para avisarnos que hay bichitos caminando por ahí. O algún pelín travieso que se atoro en tu ropa. Incluso avisan si un acosador está parado muy cerca de ti en la fila del banco.

A rascarse se ha dicho.

8/11/10

De campañas interactivas a experiencias supractivas

Tipp-Ex: A Hunter Shoots a Bear

En esta campaña se pone a prueba el ingenio del expectador contra el del anunciante. Sin duda te pondrá a pensar en posibilidades e irreverencias. No tengas miedo de escribir, no podrás contra ellos!

21/6/10

El día más pesado del mes

¿Porqué?
Porque es la una de la tarde, semana crítica (entre quincenas) y mañana es fecha de corte de mi tarjeta de crédito y como quiero quedar bien con el buró de crédito hago mis pagos puntuales y sin generar intereses.
Ah y de pilón estoy ansiosa porque mañana juega México contra Uruguay y para mi grandiosa suerte (sin sarcasmo) me tocó mi selección en la quiniela, ajúa!
Pero mi pregunta es ¿por qué en lunes sentimos las sábanas más pesadas por la mañana? ¿Qué sucede entre el domingo y el susodicho día que nos impide regresar a trabajar? ¿Será acaso una metamorfosis, una mutación cerebral o una mera transformación que sufrimos al inicio de cada semana?
Si creían que en esta entrada descubrirían la respuesta, están equivocados porque yo tampoco sé.
Sólo sé que cada domingo me voy a dormir con el mismo ánimo optimista, creyendo que voy a comenzar la semana con todas las ganas y hasta con planes para cada día de la semana: Que voy a levantarme al gimnasio por lo menos 3 días, que por fin voy a acomodar los tiliches de mi cuarto, que ahora sí prometo terminar el libro interminable que estoy leyendo hace casi un año (está verdaderamente largo) y que no importa lo que pase voy a retomar el blog y voy a subir hasta material propio…
Tan pronto sonó mi despertador hoy, a las 6:30am, mi mente se reprogramó para cancelar todas mis citas pendientes. Ya no me importaba el elevado costo del gym, ni el polvo acumulado en el rincón de mi habitación, mucho menos el destino del protagonista barcelonés de mi novela infinita. Pero eso sí… escribí esta entrada y estoy muy orgullosa.
Apenas es lunes, mañana juega México (afortunadamente el resultado no depende en lo más mínimo de mi condición física); mis tarjetas de crédito están en ceros; la próxima quincena me suben el sueldo y lo más difícil de la semana ya pasó: La mañana del lunes.
Empezando bien la semana, tengo esperanza de cumplir mis propósitos semanales con dignidad, osease sin trampas, y muchas, pero muchas ganas de sobrevivir y llegar al fin de semana.
No pregunten por qué, en eso todos somos iguales.

1/3/10

CAUSAS Y EFECTOS DE LA RISA DE PUERQUITO

Como ejemplar portadora de tal fenómeno, gustaría compartir el extenuante estudio que he logrado llevar a cabo a través de años de sabiduría en el tema.

Todo comenzó cuando yo era niña, así que con eso concluyo: Es un mal congénito. En un principio fue motivo de burla, agradezco a mis amiguitos por arruinarme el chiste (literal) y traumatizarme de mi risa congénita.

Años después y con ayuda de un tratamiento a base de burlas, la risa desapareció. Poco a poco se fue transformando en una risa normal, con sus esporádicos arranques de volumen y repetitivas tomas de aire: Sí, a esto es a lo que llamamos en la comunidad científica cómo: "Le dió el simple".

Muchas cosas simpáticas y divertidas pasaron, mucha gente con buen sentido del humor conocí y exageradas situaciones embarazosas me sucedieron para lograr un resultado inesperado: EL PUERQUITO REGRESÓ.

De vez en cuando, en fiestas y reuniones, cuando alguien platicaba alguna anécdota digna de una buena carcajada, (Muy a mi pesar sufro además de la carcajada adelantada, que funciona muy similar al fuera de lugar en el fut) la risa de puerquito hacía su aparición, logrando así la distracción de los presentes así como también del proveedor de la anécdota.

Las primeras reapariciones de este porky-fenómeno, fueron totalmente ajenas e ignoradas por su huésped (yo). Que debo admitir, me sorprendía mucho emitir ese sonido con tan regordeta alegría.

Sin embargo este extraño acontecimiento ha generado gran sorpresa a su alrededor. Yo, víctima del nerviosismo de que tal vez podría afectar mi reputación como chica en sociedad, resultó todo lo contrario. Lejos de ahuyentar posibles candidatos a ligue, es ahora una especie de señal aprobatoria, al parecer, el no poder contener la risa de puerquito, genera en el sexo opuesto tal seguridad y confort, que les hace saber, (creer mas bien) que lo que están diciendo es intoxicadamente gracioso.

Ha generado tanto expectativa, que la porkyrisa es ahora también parte del chiste! Las personas llegan a darle prioridad a la carcajada por encima del acontecimiento que la provocó.

Se ha convertido en una característica única (siempre y cuando nadie más se ría así en tu círculo de amigos) y peculiaridad (siempre y cuando sea agradable y no repugnante) mía.

Este mal congénito logró evolucionar para convertirse en un mal contagioso y encantador.

Por lo que mi consejo para todas aquellas que lo sufran es: Déjalo salir, son más los beneficios que te trae que las penas que irremediablemente te hará pasar.

Hombres, ustedes no. No he conocido ser masculino al que se le vea bien el porky-fenómeno. Para ustedes mi consejo sería: abre bien la boca al momento de reír, libera la tensión en la garganta y evita la constricción de sus paredes.

Lo cierto es que todos deberíamos reír al menos una vez en la vida cómo puerquitos. Inténtenlo, se sentirán mucho mejor y aclararán su garganta.

25/2/10

Ufff! lo logré!

Después de mucho meditar sobre los beneficios y virtudes de tener un blog, me rendí. Ya varios amigos me estaban presumiendo demasiado lo divertido que es tener un espacio en la red, así que dije... ¿Y por qué no?
"Ni se ve tan difícil, ¿qué tan diferente puede ser del facebook? pfff! Si yo fui de las primeras que se cambió del ICQ al MSN! Pffff!
Piece of cake"

Sí claro!... Se me hizo complicadísimo!!
No sé si tarde más en decidirme a crear el blog o en entenderle al funcionamiento de la configuración!
Lo cierto es que aprendo rápido, que por el momento me sobra el tiempo para entenderle de arriba abajo a este nuevo sistema, y que tengo material de sobra para subir!

PD: Este blog no hubiera sido posible de no ser por la gran ayuda de Blogger,
Un aplauso por favor!